A Gordon Brown se le puede llamar el hijo bastardo de la política británica. Sus niveles de popularidad son increíblemente bajos y su legitimidad como primer ministro es cuestionada por muchos.
Brown fue la sombra de Tony Blair durante su mandato como Primer Ministro Británico. En su posición como segundo en el gobierno, tenía la responsabilidad de velar por la política económica del Reino Unido en uno de los momentos de expansión económica más grandes que ese país viviera. Como es de suponer se tomo todo el crédito por el crecimiento económico y por implantar la agenda que el partido laborista a su llegada al poder. Su añorado deseo de ser Primer Ministro no lo logro por el voto directo del electorado sino por sucesión. Asumió el cargo después que la presión interna hiciera que Tony Blair renunciara a su cargo, por el apoyo que le diera a George Bush en la invasión de Iraq. El hecho de que no se presentara a elecciones directas y que se alejara de la promesa de efectuar elecciones después de que asumiera su mandato es la razón por la cual una gran parte del público Británico lo ven como un gobernante ilegítimo.
En realidad a Gordon Brown le ha tocado gobernar en uno de los periodos más turbulentos en Gran Bretaña y en el mundo entero. Tomo las riendas en medio de la fatiga política que experimenta el Partido Laborista después de más de 16 años en el poder. Las políticas económicas que en un momento le dieron credibilidad son vistas como una de las razones que el Reino Unido en estos momentos sea uno de los pases más afectados en Europa por la crisis económica global. La diseminación de la industria financiera Inglesa ha provocado la recesión más profunda y duradera que se ha vivido en el Reino Unido. En adición a esto le ha tocado lidiar con las revelaciones del Daily Telegraph sobre el uso impropio de los fondos de los contribuyentes por parte de los parlamentarios británicos, que trajo como consecuencia la forzosa renuncia de algunos miembros de su gabinete. Gordon Brown tiene una mayor aceptación en la arena internacional, jugó un papel prominente en la creación y coordinación de una respuesta global a la crisis financiera y las medidas que tomara en Reino Unido fueron el libreto seguido por el resto del mundo.
Para el próximo año se efectuaran elecciones en Reino Unido y hasta la fecha en todas las encuestas dan por derrotado al partido laborista. Hasta cierto punto Gordon Brown es solo el símbolo de un partido que ha estado en el poder por mucho tiempo y que ha perdido por completo contacto con la realidad del pueblo que dice representar.