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sábado, 5 de julio de 2008

Ingrid, Uribe y Los Chavistas


El sorprendente apoyo de Ingrid Betancourt al presidente Uribe (el cual no es santo), esta levantando ronchas a la Izquierda latinoamericana. Sobre todo a los Chavistas que la veían su liberación como un trofeo político que les ayudaría a aumentar el “prestigio” de su líder y seria otra “derrota al imperialismo Yankee-Uribista”. Y ahora se disputan el crédito de la operación.

En el libelo informático que es aporrea.org. se publico el pasado 4 de Julio, un editorial en el que se le pide a Ingrid que no siga siendo cautiva por apoyar a Uribe y se le llama aristocrática por pedirle a sus hijos que estudien carreras universitarias. ¿No es una de las quimeras del sistema socialista la creación de profesionales calificados? En las primeras declaraciones de Ingrid dejo bien claro que estaba agradecida a Uribe, pero que no “comulgaba con todo lo que el había echo” lo cual es el derecho de todo ciudadano en una sociedad libre y no la apoyo ciego que de exige en las sociedades socialistas.

No cabe duda que la operación de rescate del Gobierno de Colombia no ha sido tomada para nada bien en la izquierda y confirma la manipulación a la que son sometidos los secuestrados colombianos por parte de los gobiernos regionales. Los cuales no les importa para nada el bienestar de ellos sino el provecho político que se les puede sacar.

Acá les dejo el texto del articulo para que saquen sus propias conclusiones.

Ingrid no sigas cautiva
Por: Javier Delgado
Fecha de publicación: 04/07/08


Ingrid Betancourt la mujer que estuvo seis años secuestrada por las FARC, hoy sale dando vivas a su presidente Uribe, jerarca que mantuvo en el olvido a los secuestrados hasta que la senadora colombiana Piedad Córdoba liderara un movimiento para buscar una salida política a la guerra interna que vive Colombia desde hace más de 50 años. En ese itinerario de paz, Piedad Córdoba solicita los buenos oficios del presidente venezolano Hugo Chávez, quien sin ningún miramiento accedió al pedido de la senadora para interceder entre los guerrilleros y el gobierno colombo-estadounidense de Uribe. Esas vivas a Uribe son loas a la oligarquía que asesinó a Jorge Eliécer Gaitán y estimularon el nacimiento de la división de los colombianos, ese presidente que ordenó una “operación perfecta”, es el mismo acusado de apoyar el paramilitarismo; es el mismo que se benefició de la venta de un voto de una diputada en el congreso colombiano para permitir su reelección

Uribe el héroe colombiano es quien infiltra a la guerrilla y bombardea milimétricamente a Raúl Reyes, pero al mismo tiempo es “incapaz” de vencer el narcotráfico. Ingrid cuando leía en unas de tus cartas llamar a tus hijos a obtener “títulos universitarios” porque son las credenciales necesarias en el mundo de hoy, entendí que la soledad y el cautiverio no te impedían pensar como una aristócrata. Hoy liberada sigues cautiva de un modelo político generador de desigualdades, en tu llamamiento a los presidentes Chávez y Correa para que se reencuentren con el paraco Uribe, ignoras las afrentas de tu presidente al territorio y al pueblo ecuatoriano, al ser bombardeado por armas norteamericanas permisadas por el paraco mayor. Ignoras Ingrid la buena fe de nuestro presidente al abandonar una lucha política interna (la reforma) por ocuparse de un problema colombiano. Es Uribe quien debe acercarse a Latinoamérica, es él quien se ha alejado, al permitir que el gobierno norteamericano, con sus bases militares en territorio colombiano, amenace a sus vecinos. Ingrid eres una víctima del conflicto armado colombiano, eres víctima de la violencia generada en tus compatriotas por actos políticos históricos, eres una mujer ultrajada por una lucha armada. No seas cómplice de los generadores de violencia, el ejercito que te liberó es el mismo que avala la corrupción de los Uribe y los Santos, la democracia que pides que respeten es la que mantiene en cautiverio y en el hambre a millones de colombianos que no sabemos si tienen acaso la posibilidad de soñar con un mundo mejor. Ingrid no sigas cautiva.



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