En una de los últimos post de Generación Y, Yoani Sánchez describe el costo real de la tan cacareada atención medica y educación gratis en Cuba. El principal costo de esas conquistas revolucionarias no son otros que las libertades individuales, la falta de libertad de expresión, de asociación y de mercado. La censura sobre las noticias que ves, los libros que lees y hasta la ropa que usas. El total control del Gobierno sobre la educación sin opción de opinión por parte de los padres. Ese es el precio real de la llamada salud y educación gratuita.
En las sociedades social-democrátas, este principio no cambia. En Inglaterra los controles de gobierno sobre la vida de sus ciudadanos cada vez reducen más la privacidad y la capacidad de decisión de los mismos. En estos momentos se propone una ley sobre el tamaño y la cantidad de alcohol que se pueden servir en los bares, no con el objetivo de prevenir el alcoholismo y los males que consigo trae, sino para reducir el costo de billones de libras que causan al sistema de salud. Las compañas de publicidad son extremadamente reguladas con la excusa de proteger al consumidor. El principio paternalista del socialismo esta vigente en estas sociedades, donde se suprime la capacidad de responsabilidad, opinión y decisión individual y se tiende a lidiar de una manera represiva con el efecto y no con la causa del problema.
El haber crecido en Cuba y experimentado lo que Yoani Sánchez describe en su blog, me hace totalmente receloso de los poderes del estado sobre sus ciudadanos ya que creo que por cada cosa que brindan, quitan el doble.
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