La presencia Latino Americana en la Asamblea General de la ONU fue largamente eclipsada por la agudización de la crisis en Honduras. Provocando que el mensaje de muchos mandatarios se perdiera y que solo se le prestara algo de atención a la demagogia y al vulgaridad de Hugo Chávez, quien inclusive esta vez quedo relegado a un tercer plano por el cinismo y la irracionalidad de sus amigos, el presiente de Irán Mahmoud Ahmadinejad y del presidente Libio Mamar el Gadafi.
El discurso de los gobernantes del área estuvo dominado por las necesidades individuales de cada país. El presidente Brasileño demando enfáticamente la restitución de Manuel Zelaya a la presidencia de Honduras y exigió al gobierno de facto de Honduras respeto a la integridad de su embajada en Tegucigalpa. En un mensaje a tono con las demandas europeas la Presidenta Chilena llamo a mayor incremento de la regulación financiera y culpo de la crisis al sistema financiero capitalista. Y Evo Morales presidente de Bolivia arremetió en contra el departamento de estado norteamericano quien ubica al gobierno suramericano como rezagado en la lucha contra el narcotráfico y en contra de la propiedad privada. Tal vez el pasaje más memorable de su discurso fue la no tan velada referencia al presidente Obama pidiendo que un"negro discriminado no debería discriminar a un indio”.
La intervención de los presidentes centroamericanos se centro en la batalla que libran en contra la delincuencia y el crimen, que en estos momentos plagan esa parte del continente y es una amenaza a la estabilidad regional. El presidente Mexicano llamo por una cruzada contra el crimen y pido también un freno al tráfico de armas convencionales. Por su parte Oscar Arias se pronuncio en contra de la carrera armamentista que se vive en el continente y enfatizo la necesidad de la distención nuclear en el mundo.
Más allá de las agendas particulares de los países de la región en la asamblea general de la ONU, los grandes puntos en común fueron el reclamo por la restitución en el poder del Presidente hondureño Manuel Zelaya. Esta posición de unidad regional es la ha hecho que el consejo de seguridad del organismo internacional, presidido en estos momentos por los EEUU, condenara el asedio a la embajada brasileña que sirve de refugio del depuesto mandatario. El otro punto de contacto en los países del área es el llamado a la democratización y transformación del consejo de seguridad de la ONU, donde Latinoamérica debiera tener un representante.
Por último quisiera decir que esta reunión anual en ocasiones solo sirve como palestra para la búsqueda de legitimidad de tiranos y déspotas. Reflejando la decadencia de una institución internacional en momentos en los que debiera estar jugando un papel protagónico en la resolución de conflictos globales. Tal vez la gran diferencia este año ha sido la nueva redefinición de la política exterior norteamericana, la cual se resume en dos frases de Barack Obama
"Ha llegado el momento de adoptar una nueva era de acercamiento basado en los intereses mutuos y el respeto mutuo, y esta tarea debe comenzar ya"
"Ha llegado el momento de que todos nosotros adoptemos la parte de responsabilidad que nos toca para una respuesta global a desafíos globales"
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